viernes, 5 de marzo de 2010

¿Pasas inadvertido para Dios?

“Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.” (1 Corintios 1:25)

…individuos que podrían hacer un buen servicio para Dios, quizá se
an dejados en la oscuridad por un tiempo, aparentemente inadvertidos por su Maestro, y sin ser empleados por él; pero si realizan fielmente los deberes de su humilde cargo, fomentando una disposición para trabajar y sacrificarse para Dios, a su debido tiempo él les confiará mayores responsabilidades.” (ST, 23-6-1881)

Estimado pastor,

Esta cita del espíritu de profecía es la continuación de la que usamos en la inspiración anterior y se encuentra dentro del contexto del llamamiento de Gedeón. Es lapidaria, contundente en lo que a liderazgo cristiano se refiere.

Muestra un aparente descuido u olvido de parte de Dios por ciertos líderes quienes son dejados en la oscuridad por un tiempo. Pareciera que la obra de ellos no es tomada en cuenta y no se sienten empleados por el Señor en una obra de real envergadura. Un asunto o tarea importante o relevante. Sin embargo Dios si los ve y los valora. Y pide de ellos dos cosas: 1) Realizar fielmente los deberes de su humilde cargo. Esta no es otra cosa que la medida de la fidelidad en las cosas pequeñas del ministerio. Esto es un asunto significativo. Nosotros preferimos hacer grandes cosas, nos gustan los desafíos y tareas inmensas, mientras que tendemos a descuidar las pequeñas labores ministeriales. Recordemos la declaración del sabio Salomón Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas...(Cantares 2:15).

El otro asunto es: 2) Fomentar una disposición para trabajar y sacrificarse para Dios. Muchas veces pensamos que la actitud con que abordamos las funciones ministeriales no es importante, cuando realmente lo es todo. La sierva de Dios dice que somos nosotros los que debemos disponernos a glorificar a Dios con la calidad de nuestro trabajo. Debe haber más que el cumplimiento de un simple deber. Buscar la excelencia.


Es disposición, es dependencia de Dios. Además de un espíritu de abnegación y sacrificio pastoral. ¿Qué es ese asunto de sacrificio? A veces pensamos que esa disposición de entrega le pertenecía a los pioneros de nuestra obra. ¿Sacrificio para qué? Y pensamos que ya lo hemos dado todo y que no podemos ir más allá. Siendo sincero amigos míos, temo que nuestro ministerio se ha tornado demasiado cómodo. Tan cómodo que algunos nos hemos vuelto quejosos y amargados, parecemos indigentes espirituales. Y actitudes como estas ofenden al Señor. Necesitamos ser más agradecidos con Dios y con nuestros pioneros.

No podemos ensimismarnos y pensar que somos muy sacrificados cuando realmente no lo somos. Necesitamos ir un poco a la historia denominacional mundial y local para contemplar vidas literalmente gastadas para el Señor como la de J.N. Andrews, Jaime White, quienes murieron prematuramente por su entrega a la obra. O algunos de los hombres de las biografías que estamos leyendo. O localmente como se entregó Ricardo Greenidge, José Antonio Lamas, Julio García, Antonio Pereira o R. S. Arismendi. Viajes de quince, veinte o más días, jornadas interminables dentro de un bongo o canoa por los ríos apure y portuguesa para llegar a Camaguan, San Fernando o la Gran Sabana sin carretera. Lomo de mula, caballo o buey eran los mullidos asientos de su limosina misionera. Cosas para reflexionar mis amigos.

Cuando el señor ve en sus siervos inadvertidos estas dos características imprescindibles del liderazgo cristiano cumple su cometido en ese hombre o mujer y es entonces cuando les confía mayores responsabilidades para que siga siendo humilde y abnegado. Es cuestión de servicio no de cargos. Como puedes notar para ello hay un tiempo estipulado por Dios para madurar y enseñar a sus líderes a depender de Él. No podemos adelantarnos al tiempo del Señor, tampoco atrasarnos con egoísmos absurdos o actitudes prepotentes de dependencia propia.

Eres un líder, eres un pastor. La más alta vocación dada a un hombre, te la entrego Él a través de la imposición de las manos. No descuides es don que está en ti. Crece cada día para el Maestro y aunque pases inadvertido, tu fidelidad se pondrá de manifiesto, será tan evidente que en las mismas entradas del cielo los ángeles hablaran de ti. No te promociones, no te ofrezcas, sólo trabaja con fidelidad y excelencia con disposición a dar el todo por la obra en sacrificio y dedicación y el Señor te recompensara con su Espíritu Santo y te usara para cosas grandes y ocultas que tú no conoces. (Jeremías 33:3)

Tu amigo y servidor

Pr. Osmar González
En la hora del Avivamiento
Asociación Venezolana Centro Sur